SÃO PAULO — El apoyo psicológico y la medicación son fundamentales para la salud mental de Manoel Nogueira, de 55 años, a quien hace siete años le diagnosticaron depresión y trastorno de ansiedad. Pero el trabajo, dice, ha sido la mejor medicina.
 

Repositorio de productos en la red de supermercados SuperPrix, en Río, Nogueira valora, además del salario, un lugar en el mercado de trabajo , la interacción social y la sensación de ser visto , beneficios muchas veces negados a las personas con trastornos mentales en el país.
 

“Fue el trabajo lo que me recuperó”, dice. — Para una persona que tiene un trastorno mental es fundamental convivir con la gente, ocupar su mente y sentirse útil. La depresión mete la memoria, la concentración, y el trabajo me devolvió eso.
 

Nogueira fue seleccionada del Proyecto de Inclusión Social para el Trabajo de Usuarios de la Red de Salud Mental (Pistrab), del Centro de Salud Mental y Trabajo (Nusamt) de la Secretaría del Trabajo y Renta del Estado de Río. El proyecto cierra la brecha entre los pacientes y las empresas.
 

“Estas son personas que quieren trabajar, y los tratamientos y medicamentos disponibles hoy en día hacen que las relaciones profesionales sean totalmente posibles para ellos. Pero hay un desajuste social. Hay una falta de acceso al mercado de trabajo, dice la psicóloga y psicoanalista Doris Rangel Diogo, coordinadora del Pistrab Polo del Centro Psiquiátrico de Río de Janeiro.
 

campeón de ansiedad

Aunque muchas empresas se han centrado en temas de diversidad, la inclusión de profesionales con antecedentes de enfermedad mental avanza lentamente. A fines de 2019, el 48% de los pacientes atendidos en Pistrab y elegibles para trabajar aún esperaban una oportunidad.
 

Tampoco hay leyes que fomenten la contratación de estas personas en el país, que es el más ansioso del mundo ( con 20 millones de casos ) y el quinto más deprimido ( con 12 millones de casos ).
 

Algunas están incluidas en la Ley de Cuotas, que establece que las empresas de cien o más trabajadores cubran parte de las vacantes con personas con discapacidad física o intelectual. Pero el término, demasiado amplio, perpetúa las exclusiones.
 

— A menudo las empresas buscan personas con discapacidad leve o eligen una discapacidad específica, manteniendo el razonamiento de exclusión — dice Doris.
 

No es de extrañar que las personas diagnosticadas con un trastorno mental teman admitirlo ante posibles empleadores. La consultora autónoma Fabiana (prefiere omitir su apellido), de 44 años, dejó su carrera como ejecutiva en São Paulo en medio de una depresión.
 

Posteriormente, con diagnóstico de trastorno bipolar y tratamiento estabilizado, intentó retomar su actividad profesional, pero no fue fácil.
 

“Estuve fuera mucho tiempo y me armé de valor. Pero, en la entrevista para una empresa, tenía miedo de que me preguntaran (sobre el desorden). ¿Qué iba a decir? mentiria? - recuerda. — Hay empresas que preguntan por eso y no contratan. Y eso termina con la persona que recibió un diagnóstico, pero es plenamente capaz de realizar cualquier función.
 

Registro de ausencias

El mes pasado, Fabiana y una amiga, la psicóloga Lucy Portela, fundaron un movimiento para combatir el estigma de las personas diagnosticadas con trastornos mentales en el mercado . De su experiencia nació Worthyminds .
 

— El proyecto tiene el atractivo del arte como cura. Hay una vitrina para la exposición de obras. Es también un espacio de acogida, de testimonios. Y ofrecemos apoyo a las personas con el diagnóstico, además de círculos de conversación en las empresas — explica Fabiana.
 

No hay datos oficiales en el país sobre trabajadores diagnosticados con un trastorno mental, y es difícil saber si la falta de información genera estigma o si el estigma alimenta la falta de datos.
 

Según el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, los datos disponibles se refieren a ausencias (temporales o permanentes) relacionadas con trastornos mentales . En 2020 se otorgaron 285.221 prestaciones por enfermedad relacionadas con esta causa, el nivel más alto de los últimos 14 años y la tercera causa de concesión de este tipo de prestaciones del INSS el año pasado.
 

— La Organización Mundial de la Salud advierte que una de cada cuatro personas sufrirá un trastorno mental a lo largo de su vida. A pesar de esto, son pocas las empresas que mantienen un programa de salud psicológica y emocional para sus empleados. La mayoría de los casos todavía se tratan como tabú, dice Antônio Geraldo da Silva, presidente de la Asociación Brasileña de Psiquiatría (ABP).
 

Con un tratamiento estabilizado, dice Silva, no hay obstáculo para la actividad profesional de las personas diagnosticadas con un trastorno mental. El estigma termina relacionado con el desconocimiento en la sociedad, lo que a su vez genera prejuicios, discriminación y distanciamiento de este grupo, dice el presidente de la ABP:
 

— Cuando el trabajador tiene una condición cardiovascular, diabetes o incluso un traumatismo óseo, ¿cómo es tratado por el médico del trabajo? ¿Por qué cambia este tratamiento cuando hablamos de depresión, esquizofrenia o trastorno bipolar?
 

Para ayudar a superar el prejuicio contra los profesionales diagnosticados con trastornos mentales, dicen los expertos, la solución es establecer un ambiente de cooperación y seguridad psicológica en las empresas.  
 

— Esto hay que tenerlo muy en cuenta y llegar no solo a los equipos de RRHH de las empresas, que son la puerta de entrada a la conversación con las empresas sobre estos temas, sino también a sus líderes. Es un trabajo que involucra a todos los empleados y líderes para que funcione – dice la psicóloga Maria Cristina Barros, participante del movimiento “Repensando a Loucura” y socia fundadora de Humana Mundi Saúde e Autoconsciência, en São Paulo.  
 

el apoyo marcó la diferencia

Hay excepciones, y ellas inspiran optimismo . Dyene Galantini, de 46 años, fue diagnosticada con trastorno bipolar hace 16 años. Pasó por hospitalización, tratamiento, grupos de apoyo. Profundizó en el estudio del diagnóstico. Cuando mejoró, decidió contárselo a amigos y compañeros de trabajo, pero con miedo.
 

“Para mi sorpresa, mi jefe me apoyó y me dijo que me hiciera cargo de quién era”, recuerda ella, quien es directora de Marketing Global en la consultora IHS Markit.
 

En 2017 publicó el libro “Vencendo a mente”, que dio origen a un proyecto homónimo, con conferencias en escuelas, organizaciones y empresas.
 

— Mi objetivo es la conciencia. Para que la gente busque tratamiento, y para que empresas y escuelas vean que no somos diferentes ”, dice. — Los que tienen un trastorno mental y están estabilizados viven en secreto, porque tienen miedo a los prejuicios. Y los que no están estabilizados no tienen referencias. La gente necesita ver que hay un futuro posible.
 

WorthyMinds: el proyecto tiene como objetivo eliminar el estigma contra las personas diagnosticadas con trastornos mentales. También abre espacio para exposiciones de arte, reportajes y conversatorios sobre el tema.
 

Vencendo a Mind – El libro lanzado en 2017 ganó el proyecto homónimo de sensibilización sobre los trastornos mentales y la importancia del diagnóstico y el fin del estigma.  www.vencendoamente.com.br _cc781905-5cde- 3194 -bb3b-136bad5cf58d_
 

Pistrab – El Proyecto de Inclusión Social por el Trabajo de los Usuarios de Servicios de Salud Mental (Pistrab) trabaja con la inclusión social de personas diagnosticadas con trastornos mentales en el mercado de trabajo formal. Para ello, cierra la brecha entre las empresas y los pacientes en seguimiento en los servicios públicos de salud mental. Pistrab es responsable de acompañar al paciente/empleado durante la integración en la empresa. Hay varios centros repartidos por Río de Janeiro.  www.pistrab.com.br

Centro Centro - CPRJ: cprj.rj@gmail.com
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